jueves, 25 de septiembre de 2008

viernes, 19 de septiembre de 2008

Flor de muerte

¿Sentís el dolor punzante de mi herida?
¿Ves el discurrir profuso de mi sangre?
Volvé tu rostro al vecindario
y no mirés discretamente
ni por un momento
esta flor de muerte.

Sentí en tu piel mi resuello agonizante.
Compasión es lo que menos deseo
lo que espero
es el calor de tu cuerpo.

Los nardos cierran con el tiempo
y extrañaré el dolor
cuando te hayas ido.

Pero lo más doloroso de este intento
Es que esta flor y
este aroma
que es la sangre de mi herida

me siguen recordando
que aún vivo.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Entre poetas te veras

Miguel Mercado Centeno

Personalmente tengo muy poco aprecio por los poetas. Siempre andan exhibiendo su sapiencia ante los demas. Gozan con la ridícula idea, de que son superiores, sólo por tener cierta capacidad mental. Ellos se han tomado muy en serio las palabras de Ibn Tufail (Abubacer), donde afirma que, el camino de la razón es accesible a los elegidos.
Hay un problema con los poetas modernos, su poesía no parece sincera, más bien confunden la ficción poética con la realidad prosáica. No saben que las realidades que vivimos día a día los seres normales, se disfrazan de ficciones ante ellos para que no las mutilen ó afeminen.
En cierta ocasión le dije a un poeta, de la nueva camada, que los poetas se asemejan al cerdo, esto por dos simples razones; la primera, porque son capaces de interrumpir un buen sueño en horas de la madrugada, sólo para tomar bolígrafo y papel, y empienzan a sacar todas las porquerías que acumúlan en sus cabezas. Pasan días y noches "depurando" los versos, hasta lograr bellas retóricas y notables ejercicios métricos, a los cuales ,les dan el nombre de Poema.
La segunda razón es que sólo muertos sirven de algo, o por decirlo de otra manera, sólo cuando mueren se les toma en cuenta.
Algo que me da risa de los poetas son esos calificativos que entre ellos mismos se dan, tales como; bohemio, triste, irresponsable, laureado y los que nunca faltan, los llamados maldítos.
Entre ellos mismos, no importa la época, se minan el camino o trázan sus propias líneas; aquí los de elit allá los excluidos. Los de elit son, por lo general, blanquitos y adinerados, arman sus própios festivales de poesía y les gusta exhibirse en estos, desfilando al mejor estilo holywoodense.
Los excluidos, son jóvenes sin apellidos, ilusos que sueñan con ser famosos, recibir aplausos y que se les admire.
Una cosas que detesto de los poetas,es, esa maldad que por naturaleza poseen.Miran con indiferencia a las demas personas, no son amigos de nadie, se acaban entre sí, y, sobre todo, esa altivéz que demuestran cuando se encuentran entre personas humildes ( normales).
No saben que la poesía y la humildad van de la mano y que sin humildad la poesía muere. Por eso créo más en el campesino, el obrero, el artesano, ademas de que son personas humildes,sus trabajos son tangibles y aportan al PIB (Producto Interno Bruto).
A diferencia de los poetas, con sus vanilóquios ¿de que sirven? Porque luego viene gente como yo, que se poco o nada sobre poesía, le dan un vistazo y ahí termina todo, la vida no cambia. Sus palabras rebuscadas, su lenguaje enajenante, se olvidan despúes y sólo queda la impresion de que los poetas son sólo unos cultos espectadores desde una colina distante.
Por eso yo digo y sostengo, que, esos poetas se van a dar cuenta un día de estos, que no son tan importantes como ellos creen. Se van a caer de esa colina y se darán un buen golpe en la cabeza y sólo hasta ese momento se van a dar cuenta que , el largo camino de la literatura y el arte, la construimos todos, hasta los que no escribimos y hemos decidido no llevar una vida tan indigna como la de los Poetas.

Insula de Barataria, noveno mes del 2008

sábado, 6 de septiembre de 2008

Nuestros huesos son las columnas de la Historia

David Aráuz
Quiero hacer hincapié en algo: Todos nos encontramos en el deber de enfrentarnos a la realidad, pero sólo unos cuantos se enfrentan a ella, otros más bien se levantan con el enemigo y se dejan llevar, por querer andar con los señorones( a quién no le gustaría eso). Jóvenes poetas, hoy nosotros somos la nueva revolucion literaria, cosa que ellos ya saben, pero en vez de unirnos, nos separamos y eso es lo que ellos pretendenque nos enfrentemos verbalmente y perdamos fuerza en le camino que ellos mismos nos construyen, mutilando nuestro integro y parcial desarrollo en la literatura. Si conocen esa realidad, tienen el deber de activar la revolución, nuestra revolución, pues los oprimidos fácilmente mueren ignorando la realidad de su muerte.
Somos el futuro que refleja el esfuerzo perpetuo, lleno de angustias, vacilaciones e intentos fallidos que llenan nuestra juventud, con otros problemas de la vida; la práctica de una materia que le da a uno la existencia, de quien no nació en riqueza; estudios mediocres contra la vocación, familias a cuestas, dolorosos préstamos, deudas, embargos; alimentarse, vestirse, la bohemia que sigue sin sentirle apego, la bohemia obligatoria por la escasez.
debemos convivir un tiempo con la clase oprimida, para conocer sus problemas y brindarles una solución, ya que los viejos escritores no lo hacen o no conviven con ellos en esta tierra hostil.
Como jóvenes no olvidemos nuestra realidad; ni la realidad de otros, ni la de ellos, porque ellos pretenden hacernos semejantes a ellos, se insultan diciendo que uno es mejor que el otro; todos pertenecemos a esta nueva revolución literaria, todos saboreamos nuestras metas, si revolucionamos desde el nivel más bajoporque debemos estar seguros de que nustros huesos son las columnas de la historia.
Managua, Agosto de 2008