A Teresa S. (1980-2008)

¡Ay de mí Señor!Que es muy largo este destierro
y pásase con grandes penalidades el deseo
de mi Dios. Señor ¿qué hará un alma
metida en ésta cárcel?
Santa Teresa

No interesa si te perdiste en tu noche mental
o, si te ahogaste en la mar de tristeza.
No interesa si fuiste bestia
o si fuiste mujer.

Hasta ayer huía de tu presencia
porque tu oscuridad comenzaba a atraparme.
¡Me cubrías y yo te descubría!
Sigo el rastro de tus lamentos dentro
de estas cuatro paredes,
me agrada el no encontrarte.

Cierro la ventana e imagino
tu sombra jugando entre flores.
En parte... la culpa fue mía
con mi indiferencia hice que tu mente
no despertara de su letargo
¡Te fallé!
no pude darte esa luz
que desesperadamente pedías .
Pero...

lo que interesa, Teresa, es que por fin
descansas bajo el jardín del Cementerio
estas a salvo de éste frío y bullicioso
manicomio.

El Zanate pasa

Cuento basado en la ideosincracia nica.

Una pluma negra con reflejos metálicos presagió su caída, nadie sabía el nombre del ave dentirrostra yaciente en el piso de una plaza moderna.Unos pocos conocedores de la leyenda
se alarmaron y enviaron por el guarda del pacto barranco.
Un anciano enjuto y encorvado con unos ojos similares a los del ave recordó la afrenta:
Cuando la creación estuvo terminada un ave grácil se dio a la tarea de hacer a un pueblo
a su semejanza, con piedras volcánicas, con jugo y semilla de tigüilote formó a su criatura deseada.
Sucedió que cuando el ave desgarbada salió en busca de una tierra digna para su creación,
su creación cobró vida y se multiplicó. Les nació la necesidad de adorar al ave que les engendró pero como no sabían cual de todas era, escogieron a una con cola bipéndula y de plumaje suntuoso que pasaba por casualidad en el pueblo;
Esta acepto sin objeción.
En un barranco acordaron tal pacto sería el guarda del pueblo a cambio de no exterminar jamás a su especie. En eso estaban cuando llego el ave negra- picuda y reclamo su derecho,
Pero todos le lanzaron vituperios y la corrieron;
-¡Zas andáte! -Le gritaron.
Y se fue.
No se sintió triste sino que iba feliz al ver a sus hijos ya evolucionados;
“Como todo creador no ve defectos un su creación en cambio toda creación si ve los defectos de su creador”.
El guarda del pacto barranco tomó Muy en serio su cargo, exigió las pleitesías debidas y
no se dejaba ver por nadie (un misántropo total).
En cambio el ave negra y fea siguió cuidando y acompañando a sus hijos de lejos y de cerca
había veces que la apedreaban.
En una bohemia de aves exóticas un Quetzal le preguntó su nombre y este contesto:
-No lo se mis hijos no me dieron uno.

Cuando el guarda del pacto barranco Llegó al lugar donde yacía el ave contraria, había una gran algarabía a su alrededor. El pueblo le suplico al guardián que se le comiera los ojos porque no querían ver en ellos su origen.
-Mi asquearme ave sin nombre- dijo el Guardabarranco.
¡Ave sin nombre y repulsiva- exclamó el pueblo-
Zas andate!
El ave se levanto y paso por entre la muchedumbre, iba feliz, porque era la segunda vez que sus hijos le dirigían la palabra.